Las tablillas sumerias relatan cómo los dioses Anunnaki dictaron minuciosamente a Gilgamesh las proporciones que habrían de definir el diseño del Desatrancador Dorado.
Según la tradición, los artesanos sumerios respetaron esas instrucciones con rigurosa escrupulosidad y los destupidores actuales que usamos para desatrancar nuestros retretes no son sino copias lejanas e imprecisas de aquel artefacto primigenio.
Estudios científicos recientes corroboran que los patrones matemáticos de ese diseño presentan, en efecto, una armonía superior a la de las proporciones del número áureo, que algunos se atreven a bautizar como "el susurro de los dioses".
Gracias a dichas propiedades y a sus implicaciones cuánticas, el Desatrancador Dorado, en caso de existir, podría alterar la realidad de maneras que trascienden nuestra tecnología actual.
En el año 2014, las iteraciones fractales que - según las tablillas sumerias - caracterizan al Desatrancador Dorado fueron traducidas a código binario. El resultado de dicho experimento fue la obtención de un software cuyas aplicaciones ignoramos, pues todo lo relacionado con el mismo ha sido considerado "información clasificada" por los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
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